Alejandro Mario Fonseca
El siguiente artículo lo escribí el
18 de octubre del año 2015, cuando Don Epigmenio Rojas me invitó a participar
en El Quetzal. Salvo que ya no hay
conflicto con Calpan y que el lema de Cholula ya no es Ciudad de Bien, sino Juntos
Hacemos Más, la crítica sigue siendo válida. Así que lo reproduzco íntegro
por su enorme actualidad.
Decía: En estos días en que nuestra ciudad,
San Pedro Cholula, vive un
conflicto intermunicipal con Calpan, vale la pena reflexionar sobre el concepto
de “Ciudad de Bien”. Al parecer la
manzana de la discordia es el relleno sanitario que recién se construyó en los
linderos con Calpan.
Al menos
desde la perspectiva de lo que serían las bases de una “Ciudad de Bien”, la
limpieza es el núcleo duro conceptual: una ciudad limpia, sin basura, sin
excremento de perro, sin grafitis, sin ruido; pero también, limpia de
maleantes, ambulantes, limosneros, indigentes, etcétera.
El tema de
la basura no es nuevo. Yo me acuerdo de que por allá cuando el partido verde
era realmente partido, realmente ecologista, le propusimos a Alejandro Oaxaca,
el presidente municipal en turno, que iniciara un proyecto ambicioso de
reciclaje de basura. Contábamos con un regidor ecologista y eso facilitaba la viabilidad
de nuestra propuesta. Si nos recibieron y escucharon en el Cabildo, sin
embargo, la idea nunca prosperó. Después nos enteramos de que predominó el
argumento de que los cholultecas no estábamos suficientemente maduros desde el
punto de vista cultural.
Una década y
media después, sigo escuchando los mismos argumentos y la solución al problema
de la basura sigue siendo la misma: enterrarla.
Enterrar la
basura es enterrar dinero
En estos
tiempos de “globalización” (la palabra correcta es mundialización) y de desarrollo “sustentable” (la palabra correcta
es sostenible), ya ni en los países
ricos se sigue enterrando la basura. A lo largo y ancho del planeta podemos
apreciar como países ricos y pobres (Chile, Italia, Colombia, etcétera)
impulsan proyectos como “La basura sirve”, “Basura cero: una alternativa
sustentable”, etcétera.
En nuestro
país la SEMARNAT (Secretaría del Medio ambiente y Recursos Naturales) tiene ya
rato apoyando a los municipios con un programa que se llama “Gestión integral
de los residuos, una visión de futuro”. Valdría la pena saber si nuestro
municipio está inscrito en este programa, y en qué etapa del mismo estamos.
Con suerte y
mi pesimismo es exagerado y los ciudadanos de San Pedro Cholula no sabemos bien
a bien qué tan encarrilados ya vamos hacia una Ciudad de Bien. (Hasta aquí la
cita).
Ya pasaron más de cuatro años y ¿qué fue lo
que hizo la administración de J. J. Espinosa en aquel entonces? Pues nada nuevo
más que taparle el ojo al macho.
¿Cómo nos engañó? Pues con el famoso galimatías de que se iba a construir un Relleno Sanitario en Seco. “Único en su
tipo a nivel mundial”, según dijo.
Con un lenguaje difícil de comprender
por la impropiedad de las frases o por la confusión de las ideas nos hizo creer
que era posible reciclar la basura separándola y clasificándola en un relleno
sanitario. Y claro, a todas luces fue un fracaso, un desastre total.
Más pronto que tarde, al quedar
evidenciado el desaguisado, hábilmente el alcalde, ya no me acuerdo si el mismo
Espinosa o ya Arriaga aseveró que el famoso relleno
sanitario en seco no era una obra
municipal, sino estatal y que le daba servicio a varios municipios. ¡Ah vaya!
Ya entendimos: nos chupábamos el dedo.
¿Por qué el
gobierno de Arriaga está resultando anodino?
Llegados a este punto vale la pena
hacer un comentario mordaz, que no es mi costumbre. Acepto que es crítico, que tiene
ironía aguda y es malintencionado, pero alguien tiene que decirlo a ver sí ya
se corrigen estos burócratas de pacotilla.
Pero además, vale la pena hacerlo
porque nos permite entender porque Arriaga aparece como un alcalde anodino. Se
trata de una entrevista que le hacen a J. J. Espinosa en algún medio de la red,
que no guardé porque me dio flojera, en el cual el entrevistador le pregunta
sobre sus pretensiones electorales futuras.
Y resulta que a J. J. Espinosa se le
salió decir que él fue el que puso a Arriaga. Bueno, no lo dijo así tan
crudamente, habló de que él había impulsado su candidatura por Morena y que por
eso ganó: por lo exitoso de su administración.
Mañosamente, palabras más palabras
menos, el entrevistador le pregunta ah
entonces fue tu candidato, tú lo pusiste. A lo que Espinosa reacciona y
dice bueno tanto así no, lo que pasa es que somos un equipo y él era nuestro
candidato idóneo; y ganó.
Aclaro para quien no cuenta con un
diccionario a la mano: cuando hablo de burocracia de pacotilla me refiero a que
es de poca calidad o de
escaso valor. Y si utilizo el calificativo de alcalde anodino, quiero decir con
ello que su administración es
insustancial o que carece de interés o importancia. Aunque ahora todos sean de
Morena.
Burocracia
comodina
Y la mejor prueba, la prueba
contundente de que J. J. Espinosa sigue gobernando Cholula, es que Arriaga
heredó no solamente a su burocracia, incluidos los jefes, sino que todo sigue
igual, aunque sin sobresaltos, sin conflictos.
Para Arriaga No pasa nada, como decía el cómico de la televisión. Pregúntele usted por la violencia y la
inseguridad y le va a responder que bueno si la hay, pero que los demás están
peor y que las cifras van a la baja. Cuando todos sabemos que no es cierto.
Pregúntele usted por la salud y le va
a decir que el regala calentadores solares y cobijas; por la educación y le va
a decir que regala útiles escolares, uniformes, zapatos y demás; por la
protección del medio ambiente y le va a contestar que ha sembrado muchos
arbolitos; etcétera. ¿Comprar y regalar es trabajar?
Pero ya para terminar, me quiero
quedar con el tema del famoso relleno sanitario. Lo último que le escuché a Arriaga fue que es
muy probable que se cierre el relleno
sanitario (ya no le llama en seco) y que
el gobierno del estado, o sea Barbosa, ahora sí construya un relleno sanitario
con reciclaje. ¿Qué acaso no es volverle a tapar
el ojo al macho?
Señores burócratas, bájense de la
hamaca y pónganse a trabajar. El reciclado se hace desde el hogar. Son las
familias en sus casas las que tienen que separar y clasificar la basura; y el
gobierno y/o las empresas interesadas pasar a comprarla para su reutilización.
Pero para hacer esto hay que trabajar
en serio, hay que salir del nicho de confort y de verdad comprometerse con la
ciudadanía.
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