FESTIVIDADES EN HONOR A TODOS SANTOS Y FIELES DIFUNTOS
A pesar de la pandemia, las tradiciones no mueren en Cholula.
Mtra. Georgina Tochimani Tochimani
Es bien sabido que la época de muertos en los pueblos de Cholula, se caracterizan por un sinfín de actividades: trabajos, faenas comunitarias y colectivas que nombra cada pueblo de acuerdo a su forma de vida cotidiana y tradicional; se da el trueque de manera interna en las casas de los pueblos (visita y entrega de ofrendas entre compadres y familiares), circulación de dinero hacia afuera en los rubros gastronómicos, religiosos, sociales y culturales (producción de platillos típicos de temporada como dulces y conservas de frutas de temporada, recolección de elote, huitlacoche, chayotes espinosos, dulces típicos de azúcar y chocolate, pan artesanal como el de sal, venta de ceras, floreros especiales, canastos, chiquihuites, petates, flores, papel picado, etc.); el intercambio de trabajos artesanales, creaciones de familias que elaboran una diversidad de objetos con materiales de época y de acuerdo a la producción del temporal en que nos encontramos, como arreglos florales y de papel, catrinas, calaveras, calabazas, jarros de barro, floreros, etc.; pero sobre todo, lo que se presenta en estos días, es la participación de chicos y grandes que nos reúne en la espera de nuestros muertos, seres queridos y conocidos que en nuestros recuerdos añoramos junto a ellos estos días de guarda y acompañamiento.
En los pueblos se viven días de fiesta con la preparación de las primeras ofrendas, los pueblos campesinos, trabajan arduamente los huertos y terrenos desde los primeros días del mes de agosto para sembrar el almácigo del cempaxóchitl o flor de muerto. En los días de septiembre se arranca la planta para amarrarse en 3 o 4 tallos y plantarse en el nuevo terrenos surcado y preparado, dejando los campesinos que el temporal de lluvia realice su tarea.
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