México ¿saliendo del infierno?Por Alejandro Mario Fonseca
No me gusta la idea de que México, mi país, mi cuna, el lugar en
este mundo en el que todavía me siento más o menos bien, esté
siendo controlado por una mafia.
Se trataría de un esquema en el que un “diablo”, un “caco” post
moderno muy poderoso, tendría la “gracia” de ser el líder de otros
“cacos” muy inteligentes, pero también muy abusivos, que están
muy bien organizados y que nos tienen prácticamente boca abajo,
literalmente en la lona.
Me acuerdo muy bien de una editorial del diario La Jornada, que en
el 2006, más o menos, publicó un artículo que se llamaba “Capo de
tutti capi”: su autor era Eduardo Valle.
Valle fue miembro de la Juventud Comunista de México. Fundó,
junto a Heberto Castillo, el Partido Mexicano de los Trabajadores
(PMT), del que fue dirigente de 1975 a 1987. Fue diputado federal
entre 1985 y 1988, donde coordinó en 1987 la bancada del PMT.
Fue funcionario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. En
2000, a invitación del entonces procurador general de la República,
Jorge Carpizo MacGregor, fue asesor en esa dependencia, donde
tuvo información ligada a los grupos del narcotráfico y sobre el
asesinato del candidato del PRI a la Presidencia, Luis Donaldo
Colosio. Por esta razón, tuvo que refugiarse en Estados Unidos,
donde vivió hasta el 4 de mayo del 2012.
Las mafias criminales son una creación del sistema
capitalista norteamericano
Eduardo Valle también desarrolló labores periodísticas. Fue
columnista en varios diarios del país. Presidió la Unión de
Periodistas Democráticos. Eventualmente escribió libros, entre ellos
Allende: cronología de la Unidad Popular; Escritos sobre el
movimiento del 68, y El segundo disparo, la narco democracia
mexicana.
“Capo di tutti capi” es una expresión en italiano para referirse al
jefe de jefes en las organizaciones criminales, primordialmente de
la mafia estadounidense de los italoamericanos en el siglo XX. En
aquél artículo de Eduardo Valle daba a entender que se trataba de
Carlos Salinas de Gortari.
Capos como Giuseppe Morello, Joe Masseria y Salvatore
Maranzano utilizaron el título con la intención de centralizar la
jefatura de la mafia. En 1931, Lucky Luciano creó la Comisión con el
objetivo de evitar guerras entre pandillas y familias criminales las
cuales eran frecuentes por la disputa de intereses y territorios. De
esta forma logró que las cinco familias de Nueva York y algunos
otros capos de los Estados Unidos llegaran a un entendimiento.
Luciano fue el más poderoso miembro de la Comisión de 1931 a
1946, fue sucedido por Frank Costello de 1946 a 1957, Vito
Genovese de 1957 a 1959 todos ellos pertenecientes a la familia
criminal Genovese, Joseph Bonanno de 1959 a 1962 quien era líder
de la familia criminal Bonanno, Carlo Gambino de 1962 a 1976, Paul
Castellano de 1976 a 1985 y John Gotti de 1985 a 1992, estos
últimos tres de la familia criminal Gambino.
En 1992, el jefe de la familia Genovese Vincent Gigante asumió el
poder hasta 1997. De 2000 a 2004, el jefe de la familia Bonanno
Joseph Massino fue reconocido como máximo jefe por cuatro de las
cinco familias.
La Divina Comedia
Siguiendo las aseveraciones y advertencias de nuestro Presidente
AMLO, Carlos Salinas de Gortari sería el “capo de tutti capi” que
está atrás de todo lo malo que sucede en nuestro país. El
expresidente Peña Nieto y muchos otros altos personajes, serían
miembros de su primer círculo de poder.
Y ¿cómo no pensar en un esquema tan “maquiavélico”, que digo
maquiavélico, más bien “demoniaco”, cuando observamos con
cuidado la cloaca que poco a poco va abriendo AMLO en lo que va
de su sexenio? Y digo demoniaco porque lo que hemos estado
presenciando son escenas dignas de una farsa demoniaca, tomadas
de la Divina Comedia de Dante Alighieri.
¿Farsa demoniaca? Pues claro que farsa demoniaca, o qué, ¿acaso
no están presentes todos los pecados capitales en los personajes
involucrados? A ver, ¿de qué se les acusa? La lujuria, la gula, la
avaricia, la pereza, la ira, la envidia y la soberbia, han sido el pan de
cada día de las denuncias que aparecen en la prensa.
La idea de “la mafia en el poder” engranada a otras como la “farsa
electoral” nos llevan a pensar que en efecto México está
controlado por el “diablo”: me resisto a creerlo. Todo es
especulación, la verdad es que al ex presidente Salinas nadie le ha
probado nada, pero el sólo hecho de pensar en la posibilidad de
algo parecido, resulta escalofriante.
Lo que hemos tenido son líderes políticos ostentosos, irreflexivos,
presuntuosos en extremo, dados a los gestos y desprovistos de
profundidad, imaginaban que les basta sonreír para que el pueblo
se sintiera feliz. Debido a su mediocridad, resultaban
irresponsables, despilfarradores, abusivos y corruptos.
Difícil pero no imposible
Cuando los expresidentes aprobaban, desde la cámara legislativa,
impuestos que después provocaban quejas y desastres, lo hacían
para financiar planes de desarrollo engañoso o ficticio. Cuando
exigían impuestos aún más gravosos, lo hacían para pagar el precio
de sus errores, de sus abusos.
Casi un siglo de gobiernos del PRI gobierno (incluidos los dos
panistas) fueron suficientes para cambiar innumerables veces las
leyes impositivas: el peso mexicano cayó en el abismo de la
desvalorización. Una inflación endémica y sin precedentes sentó
sus reales en la economía mexicana.
Lo que ha sucedido es que hemos estado gobernados por políticos
mediocres, sin ética y sin moral. Pero en México, aun cuando hoy
los principales líderes cuentan con probidad intelectual, la herencia
es perniciosa. AMLO hace lo que puede, la derecha lo está
bloqueando con todo.
Paradójicamente la 4 T de AMLO en combinación con el desastre
económico heredado y profundizado por la crisis de la pandemia
mundial de covid-19, se presenta como una oportunidad histórica
para corregir el rumbo y acabar con la famosa “mafia en el poder”.
¿Será posible que la actual pandemia del covid-19 conduzca a
nueva normalidad que, en México y en el mundo, lleve al poder a
políticos responsables, estadistas, con la suficiente capacidad para
hacerse respetar y enderezar nuestras instituciones para corregir el
rumbo?
Ya lo veremos, por lo pronto sigamos cuidándonos y
dispongámonos para vivir una fiestas de muertos, navideñas y de
fin de año, inusuales, recluidos en nuestros hogares. Pero eso sí,
con mucha fe en que un futuro mejor es posible.
Publicaciones Relacionadas