Durante esta contingencia, la crisis ha afectado las
finanzas personales y familiares, a ello hay que sumar los gastos realizados
por el regreso a clases y, si es el caso, también las deudas que se tenían
antes del confinamiento, donde además de provocar un estrés financiero trae
consigo que algunos despachos de cobranza comiencen a realizar llamadas que
aumenten la presión sobre los problemas económicos que cada quien enfrenta.
Es importante que, como usuario de algún servicio financiero
tenga conocimiento de las atribuciones que este tipo de despachos tienen,
incluso la propia Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los
Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), ha detectado que algunos despachos recurren a la intimidación para
obligar a pagar.
“Si decides solicitar una tarjeta de crédito o algún
préstamo, antes de hacerlo, reflexiona qué tan buena es tu salud financiera.
Analiza si cuentas con capacidad de pago para terminar de cubrir tu deuda, o si
tienes algún imprevisto que pudiera atrasarte con las mensualidades, ya que eso
podría ocasionarte dolores de cabeza al aumentar los intereses y los cobros
comiencen a estresarte”, detalló la Condusef.
Entre las atribuciones que tienen, está que deben de
dirigirse al deudor de forma respetuosa así como respetar los horarios
establecidos para comunicarse o presentarse en el domicilio de la persona que
tiene la deuda.
Es posible que algunos no cumplan con lo establecido e
incluso intimiden al notificar algún tipo de embargo, esto no es posible a
menos que haya un juicio de por medio.
“Para que se lleve a cabo un embargo a un deudor tiene que
haber un juicio de por medio y el dictamen de un juez, Al enviarte un escrito a
tu casa diciendo que tienes 72 horas para liquidar tu adeudo o estás sujeto a
embargo, están violando todas las normas”, dijo Mario Di Costanzo, analista
económico y expresidente de la Condusef.
Considere que, si tiene un acuerdo con el despacho de
cobranza, debe existir una constancia escrita que garantice que la persona
saldará la deuda.
“Si se llega a un acuerdo con el despacho de cobranza, lo
que se recomienda es que primero se deje por escrito el acuerdo al que
eventualmente lleguen y que no le entreguen dinero directamente al despacho,
sino que se deposite en alguna cuenta bancaria, de preferencia de la
institución que está haciendo el cobro. Esto se recomienda porque muchas veces
estos despachos no enteran a la institución financiera y (la persona) sigue
quedando como deudor”, advirtió el experto.
De acuerdo con el expresidente de la Condusef, las
disposiciones establecidas para estos despachos datan del 2014 cuando se
implementó la Reforma Financiera.
Si un despacho comete abusos, ¿a quién recurro?
Es posible que en este contexto de la pandemia reciba
llamadas de algún despacho por concepto de alguna deuda de una tarjeta, crédito
o financiamiento que haya adquirido con anterioridad, pero si detecta que éstos
incurren en alguna práctica que está prohibida, la Condusef cuenta con el
Registro de Despachos de Cobranza (Redeco).
Dicho registro consiste en un sistema que permite conocer la
información respecto a los despachos donde las entidades financieras se apoyan
para realizar la gestión de algún tipo de cobro.
En el Redeco también puede interponer una queja y dar
seguimiento; de igual modo podrá consultar los despachos de cobranza
registrados.
“La queja se envía al banco que tiene contratado al despacho
de cobranza y éste tiene que contestar en 30 días hábiles, aclarando y
comunicando el tema de la queja, si no lo hace, se multa al banco”, dijo Di
Costanzo.
Actualmente existen tres vías para atender su queja en el
Redeco: presencial, telefónica o por Internet, sin embargo debido a la
contingencia la presencial se encuentra limitada a ciertos casos y por medio de
citas.
Para las opción telefónica o por Internet debe comunicarse
al 55-5340-0999 desde cualquier parte del país, o bien mediante el sitio
https://eduweb.condusef.gob.mx/redeco/redeco.aspx.