Entre nuevos impuestos, cobros “extraordinarios” y ajustes en tarifas de servicios básicos, cada vez más ciudadanos expresan su hartazgo con la carga tributaria y la falta de resultados visibles en la calidad de vida. La frase “ya falta poco para que nos cobren hasta por respirar” se ha convertido en un grito irónico que circula en redes sociales, memes y conversaciones cotidianas.
De acuerdo con expertos en economía y derecho fiscal, México atraviesa un momento de expansión recaudatoria en el que se busca cubrir necesidades presupuestales mediante la creación de nuevas contribuciones o el incremento de las existentes. Por ejemplo, este año algunos estados implementaron cobros por derechos ambientales, permisos de movilidad y tarifas actualizadas por servicios de registro, verificación vehicular y hasta reemplacamiento.
“Hay un abuso en la creatividad fiscal”, señala el abogado fiscalista Adrián Mendoza. “En lugar de ampliar la base contribuyente de forma justa o mejorar la recaudación de impuestos ya existentes, se crean cobros que muchas veces terminan afectando directamente a la población de menores ingresos”.
Usuarios de redes sociales ironizan con ejemplos como el cobro de estacionamientos públicos, parquímetros cada vez más caros, cuotas en casetas de peaje que suben cada año y tarifas de agua potable que aumentan sin garantizar suministro continuo. “Nos cobran por circular, por estacionarnos, por registrar un auto, por vender un producto… un día de estos nos van a poner un medidor de oxígeno y a pagar por cada respiración”, bromea Rosa Isela Sánchez, vecina de la Ciudad de México.
En contraste, autoridades federales y estatales argumentan que estos recursos son necesarios para financiar infraestructura y programas sociales. Sin embargo, la percepción general es de un desequilibrio entre lo que se paga y la calidad de los servicios públicos.
Especialistas advierten que si no se revisa el esquema de cobros, la inconformidad social podría traducirse en protestas y resistencia civil. Mientras tanto, la ciudadanía sigue sumando gastos que, en conjunto, hacen cada día más cara la vida en México.
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