El amor entre una madre y sus hijos es el poder más fuerte en la Tierra. Las mamás animales están unidas y dedicadas a sus crías de la misma manera que los humanos. Entonces, sin importar la especie a la que pertenezcan, una madre siempre será una madre, lista para sacrificarlo todo por el bienestar de su descendencia.
Dos koalas de Australia demuestran que esto es correcto una vez más.
Hace dos semanas, Lizzie y su joey, Phantom, fueron atropellados por un automóvil. Después del accidente, fueron transferidos rápidamente al Australia Zoo Wildlife Hospital. Afortunadamente, el bebé de seis meses no sufrió ninguna lesión, pero su mamá tuvo que someterse a una cirugía porque sus pulmones colapsaron y experimentó un trauma facial.
Durante el procedimiento, el adorable bebé no estaba dispuesto a dejar el lado de su madre y se aferró a ella. El veterinario se dio cuenta de que sería lo mejor si los dejaran pegarse entre sí y brindarles consuelo, porque dividirlos podría traumatizarlos fácilmente y provocarles ansiedad.
Gracias a los médicos y la calidez de los abrazos de Phantom, la cirugía salió bien.
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