Por: Alejandra Romero
San Andrés Cholula, Pue.- Durante años, la calle 14 Oriente en San Andrés Cholula fue sinónimo de vida nocturna, fiestas universitarias y una vibrante escena de bares y antros que atrajeron a jóvenes de toda la zona metropolitana de Puebla. Hoy, ese bullicio ha sido reemplazado por cortinas cerradas, locales vacíos y un aire de incertidumbre. La calle que alguna vez marcó tendencia en la vida nocturna cholulteca, está a punto de extinguirse.
La presencia constante de operativos policiales, junto con la creciente inseguridad y los rumores de un supuesto cobro de piso, han generado un ambiente hostil tanto para empresarios como para los asistentes. “Antes, abrir un negocio aquí era una inversión segura; ahora, es una ruleta rusa”, comenta un expropietario de bar que prefiere mantenerse en el anonimato por temor a represalias.
Vecinos y comerciantes han notado una transformación radical en los últimos dos años. La calle, que solía estar repleta de jóvenes los fines de semana, ahora muestra un panorama desolador. Algunos bares han cerrado definitivamente, mientras que otros intentan sobrevivir con horarios reducidos y medidas extremas de seguridad.
Los operativos de vigilancia, aunque necesarios en muchos casos, han sido señalados por algunos empresarios como parte de un entorno que desalienta la inversión. “La presencia policial es importante, pero cuando se convierte en acoso constante, termina por ahuyentar tanto a clientes como a emprendedores”, expresó otro locatario.
Además de la inseguridad, el miedo a la extorsión ha provocado que varios empresarios decidan mudar sus negocios a otras zonas de Puebla o incluso cambiar de giro. Algunos aseguran haber recibido amenazas si no “cooperaban”, aunque las denuncias formales son escasas por temor a represalias.
La 14 Oriente se enfrenta así a una encrucijada: continuar resistiendo o resignarse a desaparecer como el epicentro nocturno que alguna vez fue. Mientras tanto, la comunidad cholulteca observa con nostalgia cómo una parte importante de su identidad urbana se diluye entre persianas metálicas y silencio.
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